Hace un par de días iba paseando cuando de repente me encontré con un agujero de gusano. No me refiero al pequeño túnel que deja un gusano cuando pasa a través de la tierra mojada, no, me refiero a un descosido en la malla espacio-temporal, un agujero en el continuo espacio-tiempo por el cual uno puede viajar como se le antoje a través de siglos y lugares.
Así que como no tenía otra cosa que hacer decidí dar un garbeo por los años venideros y mirar cuando, por fin, mi querido atleti volvía a ganar una nueva liga...
Pero como soy hombre que cree que no debe ser demasiado bueno conocer ni el futuro propio, ni el ajeno, deje mi curiosidad únicamente en aquella frivolidad... pero si que me plantee hacer un pequeño repaso por mi vida pasada.
De repente contemple la posibilidad de volver a situaciones o sucesos pasados para hablar conmigo mismo y avisarme de los errores que iba a cometer, o de las decisiones que debía tomar en momentos determinados.
¿Os imagináis? podría haber moldeado mi vida y haber evitado desastres estrepitosos como aquella vez que rompí el cristal de la terraza con el patinete -con la consiguiente bronca de mi madre- o haberme dado consejos a mi mismo para ligarme a aquella preciosa chica del barrio...
A punto estuve de hacerlo...
Pero la sensatez me invadió y abandone la idea... puesto que haber vuelto al pasado a cambiar mi vida hubiera sido ir al pasado a cambiarme a mí, a la persona que soy hoy. Y posiblemente si lo hubiera hecho... las circunstancias que habría cambiado y los caminos que hubiera elegido no me hubieran llevado al punto en el que me encontraba... justo delante del agujero de gusano.
Así que deje todo como estaba y me conforme únicamente con observar las escenas de mi vida en las que fui feliz o triste, las que me hicieron vibrar de emoción o llorar de tristeza... y volví a recordar todos aquellos momentos que han formado mi vida para volver a aprender de ellos y no olvidarlos nunca, porque todos ellos, son lo que soy yo.
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